La Feria del Libro de Miami del Miami Dade College concede su Reconocimiento a la Trayectoria al periodista y escritor cubano Carlos Alberto Montaner, quien ha contribuido de manera formidable a la vida polĆtica y cultural de nuestra ciudad y de toda IberoamĆ©rica.
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Palabras para el Miami Book Fair 2022
Carlos Alberto Montaner
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La Feria del Libro ha comenzado en Miami. Estoy de acuerdo con la doctora Madelaine Pumariega, presidente del Miami Dade College, institución que anualmente acoge la Feria: se trata de uno de los mayores eventos literarios de los Estados Unidos.
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Eso le concede prestigio a la ciudad de Miami. La hace parecer como lo que realmente es: una ciudad cosmopolita, bilingüe, compleja e interesante. Me fui en 1966 rumbo a Puerto Rico. Entonces los āhispanosā, casi todos cubanos, ocupaban un espacio reducido y poco importante de la ciudad. Le llamĆ”bamos āel guetoā. En 1970 me marchĆ© a EspaƱa. VivĆ con mi mujer y mis hijos 40 aƱos en Madrid, hasta que en 2010 regresĆ© a Miami, invitado por CNNE (en espaƱol), bajo la presidencia de Cynthia Hudson āuna notable cubana agazapada tras un nombre gringo ā y la vicepresidencia de Eduardo SuĆ”rez.
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En ese periodo se habĆa producido la prodigiosa transformación de Miami. Es verdad que USA se habĆa convertido en otra cosa, y cien ciudades eran mucho mĆ”s poderosas y desarrolladas que antes del cambio prodigioso, pero Miami adquirió su relevante perfil de ciudad con dobleĀ mainstream, del cual son responsables los cubanos, los venezolanos, los nicaragüenses, los colombianos, los espaƱoles transterrados, y los argentinos, entre otros latinoamericanos.
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La huella culinaria estĆ” por todas partes y ha entrado, con buen pie, en la dieta habitual de los Wasp. Se advierte desde el aeropuerto, donde he visto pedir dos āchurrascos con chimichurriā a una pareja inocente de haber estado en Buenos Aires. La buena arquitectura, tambiĆ©n. No sólo enĀ Arquitectónica, una notable empresa que ha sumado el buen gusto de diversos latinoamericanos, en la calle Brickell, sino en Miami Beach y en Coral Gables. En 1966, cuando me fui a Puerto Rico, Coral Gables estabaĀ off limitsde cualquier cubano con ingresos promedio. Cuando regresĆ©, no sólo el 50% era hispano, sino el eficaz alcalde Ā”era cubano!: RaĆŗl ValdĆ©s-Fauli. Le siguió el hijo del mĆ©dico Vicente Lago: Vince C. Lago.
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Ninguna ciudad en EE.UU. posee esta caracterĆstica: dos corrientes centrales de prosperidad, progreso y desarrollo. En Los Ćngeles o en Houston, donde abundan los hispanos, es diferente. La clave estĆ” en el idioma nativo. Sólo conozco otros dos casos, mĆ”s o menos, similares: el de Tesalónica, en Grecia, poblada por los sefardĆes, durante el siglo XIX, cuando allĆ mandaban los turcos, y el de Praga, con la minorĆa alemana (suele olvidarse que Franz Kafka era un checo que escribĆa ficción en alemĆ”n). Ambos casos desaparecieron en medio del devastador incendio que fue la Segunda Guerra Mundial.
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Al MDC se le ha escapado, milagrosamente, elĀ Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami. Ya va por la 36 entrega. Lo dirige Mario Ernesto SĆ”nchez, un avezado hombre de teatro que lo mismo elige lo que se pondrĆ” en escena, que dirige acertadamente a los actores y actrices, que es capaz de actuar con eficacia si se requiere. Los teatristasĀ Ā actuales darĆan lo que no tienen por ser invitados al 37 Festival. Ya se sabe que el teatro estĆ” en crisis desde la Ć©poca de Plauto.
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Una multitud de cantantes en espaƱol, con todos los acentos posibles, periódicamente llenan los estadios. Entre ellos, el puertorriqueƱo Ricky Martin, el colombiano Juanes, el dominicano Juan Luis Guerra, o los espaƱoles Raphael, Joan Manuel Serrat, Paloma San BasilioĀ Ā y JoaquĆn Sabina. Existe un festival de cine internacional, especialmente importante, auspiciado tambiĆ©n por el MDC, que fue un proyecto notable del anterior presidente Eduardo Padrón, ya jubilado, que tuvo comoĀ leitimotivĀ acercar a la universidad a los problemas mĆ”s urgentes, y viceversa, como sucede con la literatura y el cine.
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Por mi parte, sólo siento una inmensa gratitud para la Feria del Libro de Miami y por Mariela Gal que siempre me han apoyado. Ahora, nuevamente instalado en Madrid, estoy escribiendo una novela sobre Paul Lafargue y Laura Marx. Paul, de origen cubano, era un pre-adolescente cuando llegó a Francia. AƱos despuĆ©s conoció a Laura, una de las tres hijas de Marx. La mayor murió de cĆ”ncer y las dos hijas, la mediana y la pequeƱa, aparentemente se suicidaron. No obstante, mi tesis es que Lafargue le quitó la vida a Laura y luego se suicidó. Estoy elaborando el relato de esa relación con el trasfondo de la Belle Epoque. Para mĆ serĆa un honor que se llegara a presentar mi novela en la Feria del Libro de Miami.